Orquesta América de Ninón Mondejar, 1953
La orquesta América se presentó en bailes en varias sociedades fraternales habaneras y en actos del Partido Socialista Popular sin que lograra descollar entre las charangas de la época.
A finales del decenio de 1940 La orquesta América hizo cuatro grabaciones de danzones cantados en La Habana para el sello SMC (Spanish Music Center), con sede en Nueva York. Se presentó también en las emisoras de radio Mil Diez, Radio Salas, La Voz de los Ómnibus Aliados, CMW Cadena Roja y CMCH Cadena Habana.
A mediados de los años 40 entró a La orquesta América, como violinista, Enrique Jorrín Oleaga, quien hasta ese momento había tocado con la orquesta Hermanos Contreras y más tarde con la orquesta Radiofónica de Arcaño. Hacia 1946, comenzó a dirigir musicalmente la orquesta América por solicitud de Mondéjar.
Jorrín había compuesto varios danzones desde 1941 grabados tardíamente por Arcaño entre 1946 y 1948 como Luna de enero, Lo que sea varón, Qué pollos, y Doña Olga, entre otros que, aunque se tocaron a menudo, no fueron llevados al disco comercial, como Liceo de Artemisa, Los faraones y Arcoiris sobre el Hudson. Doña Olga recibió el premio de la Sociedad de Autores Cubanos por ser el danzón más popular de 1941.
En 1953 la orquesta América fue contratada por Ramón Sabat, de la firma discográfica cubana Panart, para realizar algunas grabaciones. El primer disco que grabaron contiene dos composiciones de Jorrín: La engañadora, identificado en la etiqueta como mambo-rumba, (aunque se considera la primera pieza del género chachachá), y en la otra cara de la placa, Silver Star, un danzón cantado que tiene como estribillo: chachachá, chachachá, es un baile sin igual.
Al parecer fue el público quien bautizó la novedad musical con tal onomatopeya que surgió de la imitación del ruido que producían en el suelo los pies de los bailadores.