José Antonio Salamán, José Antonio Salamán
José Antonio Salamán figura de manera sobresaliente en la historia de nuestra música popular como uno de los intérpretes de mayor arraigo durante la segunda mitad del Siglo 20. Muchas de las grabaciones que realizó durante la década de 1950 se perpetuaron como estándares del pentagrama nacional. Específicamente durante los primeros años posteriores a su lanzamiento, a José Antonio Salamán se le consideró principal “rival artístico” del estelarísimo Felipe Rodríguez «La Voz». Por otro lado, con Bobby Capó y Tito Lara completó la trilogía de intérpretes que, impulsados por la entonces recién inaugurada televisión nacional, cimentaron cartel de ídolo entre el público femenino.
José Antonio Salamán era hijo de Manuel Colón y Providencia Salamán. Fue criado por sus abuelos maternos, Alberto Salamán y Mercedes Rodríguez. Su padre – a quien conocería cuando ya contaba 21 años de edad – nunca se ocupó de él. Por esta razón y porque, comercialmente, se escuchaba más atractivo, al emprender su trayectoria artística a nivel profesional optó por identificarse con su segundo apellido.
José Antonio Salamán había hecho sus pinitos cantando actividades organizadas en la Iglesia Católica de Ponce desde que tenía seis años. A los 11, se hizo participante habitual del programa que el conjunto Los Hermanos Luna mantenía en la radioemisora WPAB. A los 15, se presentó en la audición meridiana que la famosa orquesta ponceña Mingo & His Whoopie Kids mantenía diariamente en la estación sanjuanera WKAQ. Sin embargo, cuando ya su figura comenzaba a cobrar relevancia en el ambiente musical, le sobrevino el natural cambio de voz. Entonces, recién había cumplido 16. Ante tal circunstancia, José Antonio Salamán se vio forzado a interrumpir su actividad musical. Y, al tiempo que completaba sus estudios académicos regulares, se hizo aprendiz de mecánico automotriz. Durante par de años trabajó para la compañía Puerto Rico Iron Works y, luego, en la zona portuaria.