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José Luis Moneró falleció en Caguas, Puerto Rico, el 15 de febrero de 2011

José Luis Moneró falleció en Caguas, Puerto Rico, el 15 de febrero de 2011

José Luis Moneró

En sus días de vida siempre recordó aquella noche de enero de 1938, cuando cantó «Noche de ronda» con la orquesta de Mario Dumont. José Luis Moneró contaba con emoción que aquella noche en que se marcaba su debut profesional la gente lo aplaudió tanto en el Casino de Aibonito, que en cuestión de días tuvo un pasaje expreso para llegar al entonces Teatro Municipal, hoy Teatro Tapia, para debutar en la máxima sala de arte de nuestra Ciudad Capital.

Con apenas 17 años cumplidos, un tímido José Luis Moneró  parecía entonces estar marcado por la suerte. Porque de manera sorprendente, sus oportunidades comenzaron a duplicarse con rapidez. Primero cantó en el Tapia. Luego pasó a la lujosa y exclusiva hospedería del Hotel Condado Vanderbilt. Y de ahí en adelante su nombre comenzó a ganar popularidad con orquestas como la de Luis Morales, La Tropicana y Pepito Torres y su inolvidable Siboney.

«En aquellos tiempos me pagaban $12.00 semanales, de los cuales me quedaban seis después de pagar la pensión en la que vivía en el Viejo San Juan», rememoraba. «Aquellos bailes eran matadores. Teníamos que tocar todos los días desde las nueve de la noche hasta que se fuera el último cliente».

José Luis Moneró hablaba de otra época. De los tiempos difíciles de una sociedad boricua que en medio de guerras, escasez y deseos de sobreponerse a la adversidad, vivía una revolución pacífica en sus entrañas.

En un país como Puerto Rico, donde el arte florece en cada esquina, nuestra Isla exportaba al Caribe una música distinta. Cada cantante era dueño de su propio estilo en la música. Por eso no ha de extrañar que entre todos, José Luis Moneró tuviera un espacio muy particular dentro de nuestra cultura popular.

Con su voz melodiosa y su fraseo, el intérprete hizo verdaderas creaciones de temas como «Di corazón», «Enojo», «Sin ti», «Caminos de ayer», «Muñequita linda», «Espérame en el cielo»… Y con ellos marcó toda una era acompañado por la orquesta del inmortal Rafael Muñoz.

Al igual que muchos de sus contemporáneos en plena década del 40, José Luis Moneró emigró al Norte para establecerse en Nueva York. Allá tomó clases de trompeta con el famoso músico norteamericano Charles Colin. Tocó y cantó con leyendas como Noro Morales y José Curbelo. Hasta que un buen día fue reclutado por Xavier Cougat para cantar con su orquesta.

Con el legendario músico español recorrió Europa, Africa y América. José Luis Moneró participó en películas de la MGM. Hasta que, el deseo de continuar su evolución en el arte lo hizo formar su propia orquesta en la década del 50.

En aquel entonces, la historia de José Luis Moneró tomó un nuevo empuje en el pentagrama popular.

Producciones discográficas como «José Luis Moneró Sings», «Doce canciones y un millón de recuerdos», «Una noche en el Escambrón» y otros son, al día de hoy, clásicos impostergables de la discografía caribeña.

Su repertorio, ejemplo vivo de la buena casta de cantantes de aquellas épocas, ejemplificaba un dominio innegable de géneros como el pasodoble, la danza, el danzón y el mambo. Pero es en el bolero donde radicó la gran fuerza del cantante boricua en el pentagrama musical.

En medio de toda su fama, la década de 1960 le vio combatir una de sus más importantes batallas: la guerra contra el alcoholismo. José Luis Moneró, voz perfecta para la bohemia que en su niñez se nutrió de ejemplos cercanos en torno a la bebida, vio su vida sobreponerse a la adversidad. Y en 1964, en una batalla decisiva en la que los galenos lo desahuciaban, se aferró a unos versículos de la Biblia que cuando niño le leía su abuela, y hasta su último día jamás volvió a probar un sorbo de alcohol. Y la vida, con esa segunda brisa de oportunidad, le siguió sonriendo desde entonces.

En las décadas susbsiguientes José Luis Moneró continuó presentándose con su orquesta en los más diversos escenarios del País. Y aunque la industria del disco fue evolucionando, sus grabaciones se convirtieron en clásicos entrando con el pie derecho a la era de la tecnología digital.

En la década de 1980 el cantante Julio Angel lo reclutó para compartir estelares en dos proyectos discográficos de excelencia: «50 años de nostalgia» y «Evocando el ayer».Posteriormente el sello Disco Hit le editó un compacto grabado en vivo en el que, bajo la producción de Salvador Rosa hijo, compartió estelares con Lucy Fabery, Ruth Fernández, Los Montemar, Tato Díaz y Dayivet Alemán, entre otros. El mismo documenta el concierto «Tributo a José Luis Moneró» que producido por Carmen Junco y Edna Rivera se presentó en el Centro de Bellas Artes de Santurce el 5 de septiembre de 2002.

Con la llegada del siglo XXI, José Luis Moneró se mantuvo activo con su orquesta siendo sus presentaciones con Iris Chacón atracciones multitudinarias.

El llamado «Príncipe de la Canción Antillana» falleció en la noche del martes 15 de febrero de 2011 en la ciudad de Caguas, Puerto Rico.

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Date: 15 February 2022