Ernestina Reyes “La Calandria”

Ernestina Reyes “La Calandria“. A pesar de que varias de sus contemporáneas alcanzaron gran popularidad y que, durante los últimos tiempos, han surgido valores del calibre de Victoria Sanabria, todavía ninguna otra exponente de la canción jíbara ha logrado cimentarse un sitial tan privilegiado ni ha mantener una vigencia tan prolongada en la historia de nuestro folklore musical como «La Calandria». Esta trovadora irrepetible era hija de don Pedro Reyes y Eulalia Vázquez. Hizo sus pinitos artísticos en funciones escolares desde su niñez . Tenía quince años cuando emprendió formalmente su trayectoria musical integrando junto a su hermana mayor , Carmen, el dúo Las Hermanitas Reyes que interpretaba boleros y rancheras en los diversos programas musicales originados en la emisora WPRP, de Ponce, durante el período 1940 – 1942 .
Como trovadora solista, nuestra biografiada dio sus primeros pasos en “El tren de la alegría”, audición que Esteban Rosado Báez producía y animaba en la mayagüezana WPRA. Más adelante, fue contratada como atracción fija de “Alegrías campesinas”, que patrocinaba la firma publicitaria Agencias Casiano y animaba Ángel Jiménez Lugo en la capitalina WKAQ. En 1951 – a raíz de aceptar una mejor oferta ( $$$ ) para compartir cartel con Ramito en “La hora del volante”, que Enrique Vélez Rosa acababa de instituir en la bayamonesa WENA – , cedió su posición a su amiga y compueblana Priscila Flores, a quien varias veces había invitado a cantar junto a ella . Fue precisamente en “La hora del volante” que se le estampó el calificativo de «La Calandria» con que se haría famosa, no empece a que el mismo ya identificaba a la trovadora cubana Nena Cruz, cuyas actuaciones junto al legendario Joseíto Fernández en el programa “El suceso del día”, que cada tarde transmitía el Circuito Radial CMQ desde La Habana, podía escucharse en Puerto Rico .

A Ernestina Reyes «La Calandria» le corresponden, entre muchos otros méritos, haber sido la primera intérprete de la canción jíbara que se presentó en la televisión boricua ( 1954 ); la primera en realizar recorridos anuales por los teatros hispanos de Nueva York, Nueva Jersey, Chicago y Filadelfia y la primera en figurar en los escalafones de popularidad radial – o Hit Parades – ( casi siempre interpretando composiciones propias ). Durante el período 1956 – 1960, por ejemplo, en su voz alcanzaron categoría de hits sus grabaciones de “Brindis” ( llanera ) ; “Por si no volviera a verte” ( seis ) ; “Sólos tú y yo” ( milonga ) ; “Felicitaciones” ( aguinaldo ) y “Somos boricuas” ( guaracha de Claudio Ferrer). Después, su éxito más resonante fue el bolero “Ese hombre es mío”, de su propia autoría . El fervor que despertaban sus presentaciones en la plaza neoyorkina la motivó a radicarse definitivamente en el condado de Bronx, en 1960 . Su discografía alcanzó los 45 álbumes, en los que fue acompañada por los conjuntos de Claudio Ferrer, Toñito Ferrer, Nieves Quintero y Yomo Toro.

A diferencia de New York, donde recibió numerosos premios y distinciones por parte de instituciones culturales, cívicas y algunas publicaciones faranduleras en reconocimiento a su aportación artística, paradójicamente en Puerto Rico jamás fue objeto de homenaje alguno . Permaneció activa en los escenarios hasta principios de la década de los ‘90, cuando su padecimiento de cáncer la forzó al retiro . El emblemático Teatro Puerto Rico fue principal testigo de sus grandes triunfos .

Luego de un prolongado período de reclusión en el Mount Sinai Hospital, en Manhattan , Ernestina Reyes Vázquez «La Calandria» pasó al Calvary Hospital, en Bronx, Nueva York ( EE . UU ), donde falleció el 25 de mayo de 1994 . Cumpliéndose su última voluntad, sus cenizas fueron esparcidas sobre su pueblo natal . Además de varios de sus nueve hermanos, le sobreviven sus hijas Perla y Carmen Narváez.

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