The Glenn Miller Story, “Música y Lágrimas”
MÚSICA Y LÁGRIMAS
(The Glenn Miller Story)
1954
Director: Anthony Mann. 1954. EE.UU. Color
Intérpretes: James Stewart, June Allyson, Harry Morgan, Charles Drake
Tributo a Glenn Miller, una de las mayores leyendas musicales americanas, viajando desde su ascenso desde el anonimato y la pobreza hasta la fama y la riqueza en los años 40. La banda sonora suena con la música original de Miller interpretada por su orquesta y junto a gigantes como Louis Armstrong, Gene Krupa, Frances Langford y los Modernaires.
Glenn Miller, el más famoso trompetista estadounidense del siglo XX, comenzó su carrera musical en 1925 en una pequeña banda de provincias. Después de actuar por pueblos y ciudades se instala en Nueva York, y hasta allí llega Helen Berger, su novia de la escuela secundaria, para casarse con él. La fiesta de su boda es una histórica sesión musical dirigida por el gran Louis Armstrong. A partir de entonces se inician los éxitos de Glenn Miller, triunfando en el mundo de la música como compositor y trombonista y terminará triunfando al frente de su propia “big band” en el mundo del jazz.
Siempre a su lado y como apoyo se encuentra su esposa Helen (June Allyson) -en el mejor papel de su carrera-.
Anthony Mann y James Stewart alejados de los escenarios del western (juntos firmaron una serie de excelentes películas de este género, significadas principalmente por la simbiosis psicológica entre tales escenarios y personajes) para recrear en el lacrimógeno título Música y lágrimas (“The Glenn Miller Story” en su versión original) de manera muy elemental la vida del gran músico Glenn Miller, uno de los nombres fundamentales del swing.
La mirada de Mann resulta ágil, tratando su aspecto cronológica con resuelta economía, conducido el filme con un tono ligero y amable, incluso conalgúnaporte de humor benévolo, además, siempre es agradable ver en pantalla a un James Stewart perfecto en el papel principal, y la película tintada de manera espléndida en suntuoso Technicolor por William Daniels, por lo que en conjunto resulta un visionado muy agradable a pesar de que desperdicia una perspectiva más incisiva y real de la importante figura como músico de Miller.
Sí que es cierto que aborda sus inicios como arreglista, sus ilusiones y su empeño en progresar como músico y alcanzar un objetivo sonoro en el mundo del jazz, la consecución del éxito y el conocido final de su existencia, pero todo resulta demasiado esquemático y precipitado, melifluo, como así lo es también la poco estimulante y melodramática relación amorosa con June Allyson, pivotando demasiado el asunto en una relación que tampoco presenta demasiadas vertientes ni cuenta con demasiado peso.
Se agradecen, eso sí, las apariciones de mitos del jazz como Louis Armstrong, Barney Bigard, Ben Pollack o Gene Krupa y, claro está, siempre es una maravilla escuchar clásicos inmortales como “Moonlight Serenade”, “Chattanooga Choo Choo” o “Pennsylvania 6-5000″, por ejemplo.
Con respecto a Glenn Miller se dijo que su avión se perdió en un viaje que hacía de Inglaterra a Francia,
Tiempo después se filtró que no hubo tal desaparición sino que los hechos fueron falseados para que su figura carismática de “americano ejemplar” no fuera manchada con la verdad.
Glenn era muy mujeriego y falleció de un infarto al corazón en un café de Francia mientras estaba con una prostituta.
Ese manto de silencio respecto de su muerte, tanto de los militares involucrados como de sus parientes, dejando correr el rumor periodístico de una desaparición misteriosa, se debió simplemente a su escabrosa muerte, indigna de un hombre de su talla, con un carisma como pocos. Se creyó así preservar su imagen.
FUENTE: http://www.claqueta.es