Oklahoma (O.S.T – 1955)
OKLAHOMA
1955
Dirección: Fred Zinnemann.
Intérpretes: Gordon MacRae, Shirley Jones, Gloria Grahame, Gene Nelson.
En Claremore, una pequeña población del Estado de Oklahoma, sus habitantes se preparan para celebrar un gran baile que ayude a sufragar los gastos de la escuela que se está construyendo.
Curly (Gordon MacRae) va en busca de Laurey (Shirley Jones) para que le acompañe en la velada, sin embargo, ella decide optar por su siniestro jornalero, Jud Fry (Rod Steiger).
Después de haber firmado dos obras maestras, como “Sólo ante el peligro” (1952) y “De aquí a la eternidad” (1954), el gran Fred Zinnemann se atreve a echarse a las espaldas un género tan duro y exigente como puede serlo el musical.
Con unos ingredientes tan sugestivos como un guión escrito por Sonya Levin y William Ludwig, adornado con las tonadas de Rodgers y Hammerstein y la luminosa y colorida explosión de la fotografía de Robert Surtees, Zinnemann nos brinda un alegre, divertido y coreografiado western superpuesto en un fabuloso pentagrama.
“Oklahoma” llama la atención también por la presencia de Rod Steiger, Jay C. Flippen y Gloria Grahame, hombres duros y mujer fatal en otras producciones y que en esta ocasión no desentonan (bueno, un poquito) del resto del elenco.
Con un Steiger que venía de rodar nada más y nada menos que “La ley del silencio” (1954) y la Grahame, que acababa de engatusar a Glenn Ford en “Deseos humanos” de Fritz Lang, se acoplaba sin complejos en su gran debut cinematográfico la joven Shirley Jones.
A partir de la creación musical de “Oklahoma”, cuya adaptación sobre las tablas correspondió a un hombre de cine como era Rouben Mamoulian, el tándem formado por Rodgers y Hammerstein se consolidó definitivamente, aportando más adelante joyas como: “South Pacific” o “El rey y yo”.
Extraordinarios momentos se muestran en la pantalla, como por ejemplo, la representación onírica del descanso de Laurey en la mecedora; el prólogo, con un MacRae pletórico entonando el famoso “Oh what a beautiful morning”; o, finalmente, la interpretación coral, durante la boda de Laurey y Curly, de la no menos célebre canción que da título a la película.
FUENTE: http://www.alohacriticon.com