Diez Años, Julita Ross
Como intérprete del bolero antillano, Julita Ross impuso su calidad y su personalísimo estilo . Pero fue en la exposición de la puertorriqueña danza que ella dio cátedra de excelencia .
Al punto de que ninguna otra voz ha sido tan admirada como la suya interpretando el repertorio que, a este cadencioso género que tanto nos identifica, aportaran los inmortales Juan Morel Campos, Manuel Gregorio Tavárez, Ángel Mislán, Simón Madera y Luis Rodríguez Miranda, entre otros. Su trono como Reina y «Dama de la Danza» seguramente jamás alguien se lo arrebatará .
Esta intérprete irrepetible era hija de Ramón Ross Guzmán y Clemencia Alezo Ortiz. Contaba cuatro años cuando sus padres se radicaron en Santurce . En este sector sanjuanero cursó sus grados académicos regulares que completó en la Escuela Superior Central .
Julita Ross fue durante su etapa en este plantel que floreció su vocación musical, a la que dio rienda suelta participando en las funciones artísticas que aquí se organizaban . En 1940 se vinculó al elenco artístico habitual del programa “Industrias nativas” que los hermanos Jacobo, Luis y William Córdova Chirino producían y animaban a través de WIAC. Su permanencia en aquel espacio dominical se prolongó hasta 1945 .
En el interín – plena Segunda Guerra Mundial – Julita Ross actuó en los campamentos militares acompañada por la orquesta del cubano Abdías Villalonga. Después marchó a New York decidida a abrise camino en el intenso ambiente musical hispano que se desarrollaba en esta metrópoli . Pronto su figura se hizo frecuente en las carteleras de los teatros Hispano, San José, Río Piedras y, a partir de los albores de la siguiente década, del más concurrido de todos : el Teatro Puerto Rico.
También Julita Ross participó en audiciones originadas en las emisoras WWRL «La Voz Hispana del Aire» y WHOM.