Daniel Santos vs. Antonio Machín
Daniel Santos, Daniel Doroteo de los Santos Betancourt (Santurce, Puerto Rico, 5 de febrero de 1916 – Ocala, Florida, 27 de noviembre de 1992) fue considerado como uno de los grandes intérpretes de géneros tropicales como el bolero y la guaracha. Tuvo por sobrenombres artísticos El Jefe y El Inquieto Anacobero.
Cuenta la leyenda que Daniel Santos fue descubierto cuando cantaba la canción Te quiero, dijiste mientras se bañaba. En ese momento, uno de los integrantes del Trío Lírico iba pasando por la calle y lo oyó cantar, entonces tocó a la puerta del apartamento de Daniel Santos y le propuso unirse al trío, propuesta que fue aceptada por el joven
En 1938, mientras trabajaba en un casino en Manhattan, Daniel Santoscantó el tema Amor perdido sin saber que su compositor, Pedro Flores, estaba entre el público. A Flores le encantó la interpretación e invitó a Daniel Santos a unirse a su grupo “El Cuarteto Flores”.
Antonio Machín, Antonio Lugo Machín, (Sagua la Grande, 1903 – Madrid, 1977) Cantante cubano. Verdadero trotamundos de la música, viajó por Cuba, EE.UU., Francia, hasta que la Segunda Guerra Mundial le llevó a España, donde Antonio Machín comenzó actuando en salas barcelonesas y adquirió tal reputación que dominó la escena musical española durante casi tres décadas.
Hijo de un emigrante gallego, Antonio Machín trabajó como albañil hasta que se trasladó a La Habana en 1926 para dedicarse profesionalmente a la música. Ese mismo año creó el Trío Luna (junto a Enrique Peláez y Manuel Luna); el éxito fue escaso y la duración del grupo efímera, por lo que, una vez disuelto, Antonio Machín pasó a formar parte del sexteto de Miguel Zabala, con quien realizó su primera grabación en 1929.
Un año después, el afamado director de orquesta Justo Azpiazu le reclamó para ser el vocalista de la Orquesta del Casino Nacional de La Habana, paso decisivo en su carrera que le permitió realizar sus primeras visitas al extranjero, actuando con éxito en Nueva York. Con la discográfica RCA, la Orquesta del Casino Nacional de La Habana (con Antonio Machín a la cabeza) grabó medio centenar de canciones en menos de tres años (de 1936 a 1939).