Cheo Belén Puig. La Habana, 12/29/1908 – 5/12/1971. Pianista, compositor y director. Estudió música con su padre José Belén Puig, clarinetista que lo había sido de la orquesta danzonera de Enrique Peña. Con el maestro español Fernando Carnicer estudió piano y armonía, y en el Conservatorio Municipal, composición y orquestación.
Dominaba otros instrumentos además del piano: guitarra, acordeón y violín. En 1923 debutó en la orquesta de su padre. Dos años más tarde estaba de pianista en un cine silente.

En 1927 Cheo Belén Puig grabó su primer disco para el sello Columbia tocando el piano en la orquesta de su padre, en los números Ráscame aquí y El rey de los bongoseros. En la década de 1930 tocaba en la orquesta de Tata Alfonso, y también estuvo en las orquestas
de Calixto Allende y Alberto Rivera.

En 1934 Cheo Belén Puig formó su propia orquesta que tenía como cantante a Pablito Quevedo; con los arreglos de Cheo la voz
suave de Pablito se impuso en las ondas radiales; su prematura muerte en 1936 sin dejar grabaciones, lo
convirtió en una leyenda: era el Divo de la Voz de Cristal. Pero le sustituyó otro gran cantante, Alfredito Valdés
y después de este, Alberto Aroche.

Cheo Belén Puig compuso como cien temas de boleros y danzones a lo largo de su carrera. Ya mayor se graduó de abogado, simultaneando ambas actividades, como su doble colega Belisario López.
Para Urfé y para muchos, fue el mejor pianista de danzones que tuvo Cuba, por encima del famosos Romeu.
Cheo Belén Puig era sin duda más apasionado, más ritmático en sus interpretaciones. Lo sorprendió la muerte
escribiendo un poema sinfónico