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Homenaje al Dúo Los Compadres

Homenaje al Dúo Los Compadres

LOS COMPADRES

 

Dúo Los Compadres. Emblemático dúo cubano, reconocido mundialmente por la fina mezcla de sus voces y su manera particular de interpretar del son. Constituyó un fenómeno de popularidad en Cuba y en el mundo, con giras a varios países llevando la música cubana tradicional.

Surgimiento

El dúo Los Compadres surgió durante una presentación en 1949 cuando Lorenzo Hierrezuelo se vio en la obligación de sustituir a María Teresa Vera y para ello buscó a Francisco Repilado, con quien había trabajado ya en el Cuarteto Hatuey a finales de los años treinta.

El dúo, en su formación original estuvo compuesto por Francisco Repilado o Compay Segundo (ya que hacía la voz grave del dúo) y Lorenzo Hierrezuelo o Compay Primo, aunque para las presentaciones se reforzaban con bongó, contrabajo y güiro. En 1953 Compay Segundo sería sustituido por Reynaldo Hierrezuelo, conocido como Rey Caney y hermano de Lorenzo.

Desarrollo del dúo

Compay Segundo y Lorenzo Hierrezuelo, integrantes del dúo Los Compadres, nacieron en la misma localidad y el mismo año (1907), en Siboney, Santiago de Cuba, al oriente de Cuba.

Ambos fundaron el dúo en 1949, dejando una estela de éxitos y clásicos en la música cubana.

Lorenzo Hierrezuelo fue un músico de larga trayectoria. Se inició en la música cantando en el colegio y en fiestecitas de niños y ya a los catorce, sin saberlo, estaba fleteando (pasando el sombrero para recibir monedas), ganando algunos centavos para comer.

Cuando actuaba con artistas muy conocidos, yo pedía permiso y había que oírme. Lo que cantaba por aquellos tiempos eran tangos y todo lo que estuviera de moda. Cantaba un tema llamado La galleguita. Ese era uno de mis mates, de mis triunfos.

Le contó Lorenzo Hierrezuelo a la periodista Ada Oramas

Hierrezuelo, en 1935, cantaba en un cuarteto con Isaac Oviedo, Justa García y Hortensia López. En ese entonces se pone de moda la canción Veinte años, de María Teresa Vera y G. Aramburu; la tenían popularizada Fernando Collazo y Abelardo Barroso. Entonces el esposo de Justa García fue a buscar a la autora, para que enseñara al cuarteto la habanera Veinte años. Invitaron a la trovadora a cantar juntos y accedió. Interpretó Santa Cecilia. De repente los teléfonos se vinieron abajo, preguntando si se trataba de María Teresa Vera la que cantaba con Zequeira y que estaba desaparecida. Finalmente contrataron a Vera y el cuarteto pasó a ser un quinteto. Le pagaron 80 centavos, un dinero que daba para comer y para llevar.

Luego el trabajo fue escaseando. María Teresa se unió en dúo con Lorenzo y se convirtieron en Los Embajadores de la Canción Antigua. Los reclamaban en todas las emisoras. Con Radio Suaritos, contratados por cinco años, dejaron cerca de mil grabaciones.

María Teresa y Lorenzo viajaron a Mérida, México, donde arrasaron con los clásicos de la trova: Santa Cecilia, Longina, Veinte años, Doble inconsciencia, Bodas negras… Con ese repertorio fascinaron al mismísimo Manolete, el torero, y sofocaron a la cantante María Luisa Landín. En el libro de Jorge Calderón, Hierrezuelo dice que “nunca tuve ni un sí ni un no con María Teresa; éramos uno, nunca ensayábamos: de hacerlo no saldría tan bien. Yo era voz prima, pero me acoplé”.

El dúo se mantuvo unas tres décadas y le siguieron Los Compadres, que surgieron precisamente por María Teresa. Ella se indispuso; Lorenzo quedó solo. Se le ocurrió entonces buscar a su compañero de la vieja guardia, el querido y desaparecido Francisco Repilado (Compay Segundo).

Compay tocaba con Miguel Matamoros y estaba de barbero. Lorenzo fue a pelarse y decidieron unirse para divulgar los sones montunos de su tierra. El dúo no tenía nombre y cantaban boleros, sones y guarachas. “Le puse Los Compadres —dijo Lorenzo—, aludiendo a la tradicional manera de saludarse los santiagueros y por una piedra que hay en Santiago, donde se ahogaron dos compadres.”

La voz segunda de Compay era de tesitura profunda, brillante, con sabor a tierra, a montaña, a tabaco y ron; una voz a veces tan importante como la voz prima. Andando los años, en el fin de siglo XX, Compay llega a convertirse en el símbolo de toda la trova, de recio abolengo tradicional.

Compay Primo y Compay Segundo

En 1916, Repilado fue con su familia a Santiago de Cuba, donde comenzó a tocar el tres y la guitarra e inventó un instrumento al que llamó armónico: una guitarra de siete cuerdas, con la cuerda Sol repetida, para lograr un sonido más armonioso. Ñico Saquito le llamaba la trilina.

Luego aprendió a tocar el clarinete y se enroló, en 1929, con la Banda Municipal de Santiago para asistir a la inauguración del Capitolio de La Habana. Tocó en el sexteto Los Seis Ases, el cuarteto Cubanacán, el Quinteto Cuban Stars de Ñico Saquito, el cuarteto Hatuey y el conjunto Matamoros.

Pero fue con el dúo Los Compadres cuando Compay mostró la especial voz segunda, con el nivel de las grandes voces trovadorescas en extinción.

Los Compadres se especializaron en un repertorio de inspiración campesina, basándose en la música tradicional de monte adentro. El bautizo de Francisco Repilado aconteció en la emisora de Rumbao. El célebre cronista deportivo y locutor Eddy Martin (fallecido), haciendo referencia al modo de saludar los campesinos en la zona oriental, bautizó a Lorenzo como Compay Primo (voz prima) y a Francisco como Compay Segundo (voz segunda).

Cosecharon un gran éxito en todo el país. Llegaron a grabar un disco mensual con la disquera Panart que distribuiría los discos por toda Hispanoamérica.

En aquellos tiempos no había eso de la segunda o tercera toma —reveló Compay a Luis Lázaro de Madrid—. Las placas eran muy caras y había que grabar bien desde la primera toma, si no estabas jodido. Un micrófono para todos y pa´lante. Y no había telefonitos (auriculares) ni boberías de esas.

Reveló Compay a Luis Lázaro de Madrid

De los trece años del dúo quedaron temas inolvidables como Sarandonga (que hace un tiempo grabó la hija de Lola Flores), Vicenta, Hey Caramba, Juliancito o Huellas del pasado, entre muchas otras que después Compay siguió cantando con toda frescura en el final del siglo XX. En 1946 participaron en la película Cuba canta y baila.

El dúo se mantuvo hasta el 1 de septiembre de 1955. El trovador oriental Walfrido Guevera (La fiesta no es para feos), animó a Compay para que formara su propio grupo y lo llamara Compay Segundo y sus Grupo. Primero fue un trío, más tarde un cuarteto con el nombre de Compay Segundo y sus Muchachos. Hasta que llegó en la década de 1990 el fenómeno del Buena Vista Social Club y el renacimiento del son y la trova tradicional.

Después de 1955, Lorenzo Hierrezuelo continuó el dúo Los Compadres con su hermano Reinaldo (Rey Caney). El dúo entre Lorenzo y Reinaldo Hierrezuelo fue otra cosa, encaminado a explotar más el son, la guaracha y todos los recursos de la tierra santiaguera. Llegaron a viajar por más de 25 países de Europa, Japón y América. El dúo con Compay fue una etapa inolvidable por el empleo de la clásica e insustituible voz segunda de Compay con sabor criollo y el sonido especial del armónico. Mientras que el dúo con Reinaldo se inclinó más hacia el espectáculo. Rey imitaba una flauta, hacían coros y estribillos adaptados al idioma de otros países: Baja, No puedo más, estoy en el hoyo. Todo un show de 90 minutos.

La inolvidable y gloriosa agrupación cubana se mantuvo activa hasta la muerte de Lorenzo Hierrezuelo.

 

 

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Event Details

Date: 18 May 2017