RAFAEL MONTAÑO
Biography
Rafael Montaño.
Del valle de Macarapana, a cinco minutos al sur de Carúpano es este folklorista y educador de gran talla, Luis Rafael Montaño Marcano (Don Rafael Montaño). Ahí nació el 14 de agosto de 1928. 83 años se abrigan en su humanidad, sin hacer mella en sus cualidades artísticas.
Revisando algunos apuntes, encontramos que los padres de Rafael Montaño, Rafael Montaño Vásquez y Petra Marcano de Montaño, supieron desde años atrás lo bueno de la tierra cuando se vive de su labranza, tradición que no se ha perdido y que Rafael Montaño, preserva cultivando un huerto aledaño en su casa de familia en Macarapana, construida en donde antes estuvo la casa paterna, al lado de la iglesia de la Santísima Trinidad, de Macarapana, donde vive desde 1998, conforme al modo de vida de muchas familias sucrenses apegadas a su medio, con un conuquito al alcance de la mano.
Es el menor de cuatro hermanos y joven, con apenas 18 anos, se hizo maestro de escuela, en los caseríos La Sierra y la Sierrita, situados en las serranías que circundan a Macarapana. Paralelamente le brota el espíritu de artista y comienza a hacer presentaciones. Así, al ser fundada Radio Carúpano, hace 60 años, se cuenta entre el personal trabajando de locutor y cantante y el gobierno le encomienda la dirección de la escuela Playa Grande, cargo que ejerció por algún tiempo. Su trabajo en el campo de la educación lo continuo en Puerto Ordaz, trabajando para una extensión universitaria.
Actualmente, Rafael Montaño está jubilado por el Ministerio de Educación. En ningún momento ha dejado de lado la radio. En Guayana se desempeñó como locutor y productor para estaciones de Puerto Ordaz y San Félix. Y en la actualidad, en Radio Carúpano, con un programa diario de una hora, “Rafael Montaño y su invitado”.
Pero la fama no la podía esconder. Sus presentaciones interpretando con los prodigios de su voz canciones de ritmos tradicionales que luego algunas, se convierten en sus inolvidables éxitos, le crecen renombre rápido y tumultuoso. En todas partes se hablaba de Rafael Montaño.
Rafael Montaño se traslada a Caracas con el fin de obtener nuevas oportunidades para seguir creciendo. Es la década de los años 1950 y la radio se propaga como un fenómeno de la tecnología moderna. Allá Montaño labora en varias emisoras. Después participaría en programas de televisión, todavía en blanco y negro, y representa a Venezuela en diferentes países de Latinoamérica, siendo aclamado en México, Panamá y Colombia. Y al regresar al país pasa temporadas entre Caracas y Macarapana.
La música tradicional Venezolana y latinoamericana guarda en su patrimonio majestuosas interpretaciones de celebrado éxito en la voz, en esa voz de siempre de Rafael Montaño, timbrada con la harina de ocumo chino y el caldo de guaraguara. Su repertorio no conoce fronteras: valses, joropos, galerones, corridos, pasajes, boleros, merengues, aguinaldos, gaitas orientales, polos, jotas; guasas, zambas, golpes, joropo guayanés: entre sus grandes interpretaciones, que conforman un manojo bastante amplio, recordamos, así de paseo por la memoria: Alma llanera, Barquisimeto, Ansiedad, Ramoncito en cimarrona, Fucho y Petra, en honor a sus padres, Mar y Llano, La loca Luz Caraballo, Geografía guayanesa, Galerón oriental, Polo margariteño, Palabreo indio, Venezuela habla cantando, Faltan cinco pa’ las doce, Sancocho e’ huesito, El perico, La flor de Araguaney, El criollito, Piragüero, El tropezón, Marigüitar, Canto a Oriente, Mi Parrandón, De Contento, y muchísimos más en más de 60 años de vida artística, en la que ha actuado y alternado con estrellas de la música, el canto y la composición de Venezuela y del mundo entero.
Curiosamente Rafael Montaño ha formado matrimonio en dos oportunidades con la misma mujer, Gertrudis Velásquez Sánchez (Tula). Nacieron el uno para el otro, las mismas circunstancias se las hizo saber. Primero se casaron jóvenes, Rafael Montaño contaba los 18 anos, la misma edad que comenzó a dar clases en La Sierra y La Sierrita. Pero el matrimonio no supero los impulsos de la juventud, aunque ya habían tenido un hijo, Roberto. Pero transcurren los años y se reencuentran en Caracas.
Cada uno con su orgullo macarapanero, pero que lejos de la tierra natal, se tornó en evocación y cosas bonitas de aquellos muchachos enamorados bajo el rumor de la brisa que sube y baja del mar y removieron las cenizas del fogón y del corazón volvió a brotar la llama roja del amor y la pasión y volvieron a casarse. Esta vez para siempre.
Hoy Tula y Rafael se congracian, además de la familia que han levantado, contemplando las flores· y los frutos en el huerto casero. Los demás hijos nacieron bajo las notas musicales de la fama del padre: Renny, músico, excelente mandolinista (fallecido 3 de enero de 1999), y Mayra y Luis, cantantes. El matrimonio ha visto crecer nietos y nacer bisnietos.
La trayectoria artística de Rafael Montaño ha sido reconocida nacional e internacionalmente. Su casa, al lado de la iglesia de la Santísima Trinidad, parece un museo de galardones: trofeos, placas, pergaminos, detalles y símbolos de admiración y respeto. El 5 de julio de 1996 se le declaró Hijo Ilustre de Carúpano, en acto realizado por la municipalidad de Bermúdez en la plaza Bolívar de Macarapana.
Es Rafael Montaño toda una institución humana. Un gran venezolano.