MARIACHI VARGAS DE TECALITLÁN
Biography
El Mariachi Vargas ha sido parte de este proceso desde finales del siglo XIX (1898), siendo uno de los principales herederos de estos casi 400 años de tradición musical y cultural mexicanos.
De esta manera el Mariachi Vargas es actualmente uno de los más representativo de la historia del mariachi,2 pues ha sido el grupo que ha influido de manera más constante y, a veces, decisiva en la conformación del estilo musical llamado mariachi, depurando primero el aspecto agreste de la música de la comarca de Tecalitlán (de donde pertenecía don Gaspar), junto con el modo fino y estilizado de la música considerada letrada por la élite regional Jalisciense (tradición aportada por el maestro Fuentes), pasando por la influencia marcada de un músico de origen campesino (Silvestre Vargas) que buscó después trascender a través de los medios masivos de comunicación, principalmente la televisión y la radio; estos eventos convirtieron al Mariachi Vargas en un eje central de la música de regional principalmente por su calidad y preparación musical. Un logro adicional ha sido la difusión del mismo en la República Mexicana y en el resto del mundo, principalmente en el de habla hispana.
Cabe destacar que en los años 80’s y 90’s, era el Mariachi de-facto de Grupo Televisa en todos sus programas de concursos a nivel nacional. Actualmente, este no es el caso, dando paso a otras agrupaciones de diversa índole.
Primera generación (1898-1930)
Integrantes del Mariachi Vargas en 1932.
Al sur de Jalisco, en una pequeña ciudad llamada Tecalitlán nació el Mariachi Vargas. La agrupación empezó como un conjunto local y pueblerino de músicos de tiempo parcial. Fundada por Don Gaspar Vargas López (Campesino y analfabeto) en 1898, y cuya formación durante esos años fue dada por: la guitarra de golpe (o mariachera) interpretado precisamente por Don Gaspar, el arpa de madera por Manuel Mendoza, y dos violines interpretados por Lino Quintero y Refugio Hernández. Sus primeros repertorios (que consistían en sones, jarabes, canciones, corridos, valses y polkas) hacían parte de la tradición campesina de la región.
La agrupación ya llevaba mucho tiempo y repertorios en ensayo, pero (según la tradición oral) para que una agrupación tuviera el privilegio de tocar en las fiestas locales de aquel tiempo, o lo tomaran en cuenta, tenían que pasar por el visto bueno de las autoridades locales. De este modo se maneja como fecha de fundación del Mariachi Vargas el 15 de septiembre de 1898, cuando fueron contratados para tocar en la celebración local de las fiestas patrias por el presidente municipal de Tecalitlán, Trinidad de la Mora, dándoles así su aprobación oficial. El mariachi tenía mucha sonoridad, sin embargo, sus músicos se vestían pobremente. No poseían conocimientos de notas ni técnica musical y mucho menos se daban cuenta de la admiración que ellos producían a sus oyentes con los sones que interpretaban. Tocaban en fiestas y verbenas de los pueblos, siendo su música lírica, alegre, festiva y original, estando siempre rodeados de multitudes, quienes escuchaban sus interpretaciones con mucho entusiasmo.
El mariachi llevaba serenatas, tocando en las plazas e iba a participar de las fiestas locales de pueblos vecinos (Cuando muy lejos Colima). Ése era el viacrucis por el que pasaban los mariachis en aquel tiempo, puesto que en aquel entonces las bandas y las orquestas eran consideradas como lo mejor, siendo el mariachi considerado despectivamente por la aristocracia de entonces como música sólo del pueblo. Muchos de los mariachis que existían en aquellos tiempos fueron desapareciendo pronto debido a la falta de estímulo y por los maltratos -provenientes de las clases más acomodadas- de los que eran víctimas; sin embargo, el éxito que fue obteniendo el Mariachi de Gaspar Vargas (como se le conocía antes, llamándose ahora el Mariachi Vargas de Tecalitlán) corrió por los alrededores, llegando primero a los pueblos vecinos a Tecalitlán y luego expandipendose por los estados de Jalisco y Colima.
En esos tiempos, los estilos de mariachi se diferenciaban por regiones, y había una fuerte controversia sobre el estilo de Tecalitlán y el de Cocula. El Mariachi de Cocula utilizó el guitarrón y la vihuela en lugar del arpa y la guitarra de golpe (usados por el mariachi en Tecalitlán), además de los dos violines. Con estos instrumentos fue establecido el Sonido Tecalitlán, que se distinguió del sonido Cocula. El mejor mariachi de Tecalitlán era el de Gaspar Vargas. Ellos tocaban de todo, sin faltar, aquellos sones que tocaban magistralmente. El estilo de tocar de Gaspar Vargas trascendió fuera de la comarca y, además, el arpa, tocada por Manuel Mendoza causó admiración de todo el pueblo, de tal manera que no no había nadie quien lo superara.
Silvestre Vargas Vázquez(1901-1985, Hijo de Gaspar Vargas) cuenta que su padre ayudaba a cualquier persona o ser viviente que pasaba por necesidad, y en 1913 incorpora como músico eventual a un hombre que era diestro con el cornetín (instrumento similar a la trompeta) quien, como era músico de banda, tocaba muy fuerte, tapaba el sonido de los demás instrumentos, y por tal motivo no fue muy bien aceptado por el público.
Silvestre pedía a su padre que lo educara en el toque del violín. En 1914 ensayaba las canciones mexicanas más en boga en su primer violín, uno de carrizo, y después lograron comprar un violín reglamentario. Finalmente, en 1921 ingresa como violinista al mariachi de su padre, aún músico de tiempo parcial, puesto que su oficio principal era la de campesino. El hijo de don Gaspar Vargas comentaba: nuestra vida era tranquila y feliz, dedicados a alegrar las fiestas de la comarca. Para entonces nuestra fama ya cundía por todo el estado. “Nadie como los de Tecalitlán”, decían los entendidos cuando se hablaba de mariachis.
En esta etapa, se da la transición de músicos de medio tiempo hacia músicos de tiempo completo, dedicados a las giras y asociados luego a los medios de comunicación masiva. Pronto el grupo se residenció en la ciudad de México, aunque sus integrantes regresaban regularmente a su zona de origen. Sin embargo, gracias al apoyo del Presidente Cárdenas, el trabajo no faltaba. Acompañaba a cantantes afamados o incluía por su cuenta a un cantante solista. Entre sus miembros se contaban cada vez los no oriundos de Tecalitlán. Es una etapa compleja en que se sucede una serie de cambios que guían progresivamente al Mariachi Vargas desde el campo del mariachi tradicional al ámbito del mariachi moderno.
En el período de 1928 a 1930 el Mariachi Vargas ya tocaba en ciudades próximas a Tecalitlán como Tuxpan, Tamazula, Ciudad Guzmán y Colima. En 1930, la agrupación representó al estado de Colima, en una fiesta con manifestaciones culturales de diversas zonas de México, que el presidente Pascual Ortiz Rubio ofreció al General Plutarco Elías Calles a su regreso de un viaje por Europa. En 1931, un empresario de Tijuana los contrató y Manuel Mendoza declinó marcharse por su edad avanzada, siendo reemplazado por el arpista de Tamazula Francisco Álvarez. Silvestre Vargas asume entonces la dirección del grupo y, como primer paso en su reorganización, decide ampliarlo contratando a dos músicos más. En 1933, el Mariachi Vargas triunfó en un concurso de Guadalajara y otro en Ciudad de México y se quedó dos meses. Después, en la campaña electoral de Lázaro Cárdenas, el grupo viajó con él por todas las haciendas o ranchos del Estado de Jalisco.
En 1934, el conjunto se asentó definitivamente en la capital mexicana y, con el apoyo del presidente Lázaro Cárdenas, obtuvo trabajo estable en la Jefatura de Policía del Distrito Federal, bajo las órdenes del músico y director de orquesta Miguel Lerdo de Tejada y empezó a animar las fiestas y reuniones de los amigos del Presidente, y en 1937 inicia su carrera discográfica y a participar en el cine nacional. Así es mi tierra fue su primera película y, a la fecha, ha participado en más de 200 películas.
En 1941, ante la insistencia de Emilio Azcárraga Milmo propietario de la emisora radial XEW, en un intento por modernizar el sonido del mariachi, es integrado el trompetista Miguel Martínez cuyo estilo le hace ganar aceptación del público. A partir de entonces, se considera a la trompeta como un instrumento definitivo de la formación de los grupos de mariachi. Hasta hoy, se considera a Miguel Martínez como el creador del estilo de ejecución de la trompeta, adaptado al mariachi.
En 1944, el violinista Rubén Fuentes se unió a la agrupación. Pronto aprendió de Silvestre Vargas la forma tradicional de ejecución de la música de mariachi y del compositor Manuel Esperón el estilo de composición nacionalista. Dos años después, de común acuerdo con Silvestre Vargas, asumió la dirección musical del grupo e inició la adecuación de los sones a partir de la técnica de solfeo, por lo que exigió que los demás músicos realizaran estudios musicales formales. Algunos de los integrantes rechazaron la idea y se marcharon del grupo. Al final de esta etapa, debido a la influencia de Rubén Fuentes, la imagen y sonido del grupo cambió, se demandó mayor presencia y conocimiento y el mariachi se preparó para superar la subestimación que el público de la clase alta tenía de éste.
Tercera generación (1950-1975)
El Mariachi Vargas a comienzos de los años 50, siendo Rubén Fuentes su director general y musical. De izquierda a derecha (de pie): Gonzalo Meza, José Contreras, Lino Briseño, Silvestre Vargas, Miguel Martínez, Asunción Casillas, Rigoberto Pantoja, Santiago Torres; (sentados): Arturo Mendoza y Rubén Fuentes. Fotografía para RCA Víctor.
En esta etapa, Rubén Fuentes se encarga por completo de la dirección del grupo y, sin olvidar las raíces y tradición mariachera, inició una transformación en la agrupación para que los huapangos y los sones fueran ejecutados siguiendo los arreglos y adaptaciones del director, sin dejar lugar a improvisaciones. Este momento se considera lo que se ha denominado la época de oro de la canción ranchera y de su creciente proyección internacional con la voz de Miguel Aceves Mejía. La mayoría de los demás agrupaciones de mariachis entonces toma como modelo a seguir al Mariachi Vargas. Se inician las giras internacionales del grupo por Estados Unidos, Panamá, Ecuador, Colombia, Chile, Cuba, Argentina y Venezuela y sus participaciones en grabaciones acompañando, además de Aceves Mejía, tanto en presentaciones como en grabaciones a Pedro Infante, Jorge Negrete, Amalia Mendoza, José Alfredo Jiménez, Marco Antonio Muñíz, Juan Gabriel y el venezolano José Luis Rodríguez “El Puma”, entre otros artistas7
En este periodo, destaca como solista de la agrupación el violinista Heriberto Molina, también conocido como “El curita”, quien se convierte en la voz principal del Mariachi Vargas durante más de 2 décadas.
Mario Santiago y Silvestre Vargas en 1959.
En 1953 Gaspar Vargas se retira del grupo, a raíz de un altercado entre él y Silvestre Vargas, como mencionó en una entrevista, el trompetista Miguel Martínez, lo que hace que, en su lugar, sea contratado el arpista Arturo Mendoza. Indican algunos ex integrantes, aún vivos, que Gaspar Vargas, además de su dominio de los sones de mariachi, improvisaba al momento, pero impedía que cualquier otro músico copiara sus técnicas, llegando al extremo de amenazar con daga en mano a quien se atreviera. En 1954, Rubén Fuentes se retira como violinista del Mariachi Vargas, pues su éxito como compositor y arreglista lo convirtieron en director artístico de la filial mexicana de RCA Víctor.7 Jesús Rodríguez de Híjar, quien ingresó en 1954 al Mariachi Vargas como violinista, ascendió a director musical en 1955, aunque tocaba como músico reemplazante desde 1948 en algunos eventos o como refuerzo para las grabaciones.
Debido a la artritis, Silvestre Vargas se vio forzado a retirarse gradualmente como músico a finales de los años 50, aunque en las grabaciones solo se limitaba a echar los gritos y se mantenía en labores de administración y relaciones públicas. Tiempo después, por decisión personal, Miguel Martínez se retiraría del Mariachi Vargas.
Debido a su contrato de exclusividad con RCA Víctor Mexicana, el Mariachi Vargas de Tecalitlán debió recurrir a la estrategia de aparecer en diversas grabaciones para otras empresas, con otros nombres tales como Mariachi Guadalajara, Mariachi Jalisciense de Rubén Fuentes, Mariachi Monumental de Silvestre Vargas o Mariachi Los Mámenos, entre otros seudónimos.
Dos años antes de las Olimpiadas celebradas en Ciudad de México en 1968, el gobierno de México, lleva al Mariachi Vargas a una gira internacional de promoción del evento, volviendo a hacerlo para el Campeonato de la Copa Mundial de Fútbol de 1970. La gira abarcó desde Marruecos hasta Japón, Hong Kong, Tailandia, Singapur e Indonesia donde despertó entusiasmo.
Con la supervisión de Rubén Fuentes y la asistencia de Rigoberto Alfaro, Rodríguez de Híjar añade al repertorio del Mariachi Vargas piezas de música clásica. Para esos tiempos, también se prepara el disco La “nueva” dimensión (1968), en el que ensaya combinaciones rítmicas de Sudamérica, sobre todo de Venezuela junto con variaciones de sones de mariachi, de tal modo que logran exhibir ritmos novedosos; de igual forma, introducen composiciones de algunos integrantes del conjunto y la pieza: La Bikina, que después llegó a rivalizar con el son de La Negra como pieza representativa del mariachi). A partir de este disco, los acordes se volvieron más complejos y se revelaron varias tendencias musicales que se verían con mayor frecuencia en el mariachi.
En este periodo se consolida la llamada “armonía de oro del Mariachi Vargas”, con los aportes de Navitidad Santiago, en el guitarrón, Rigoberto Alfaro en la guitarra, Víctor Cárdenas en la vihuela y del arpista Arturo Mendoza conformando una de las mejores secciones de armonía en mariachis, según expertos en este tipo de música.
En 1968, se desarrolla un espectáculo del que deriva el disco Fiesta en Jalisco (1970), que, hasta hoy hace parte del repertorio de todos los mariachis del mundo. Ese mismo año, Rigoberto Alfaro abandona el grupo para desempeñarse como arreglista y productor. Hacia 1973, la mayoría de los músicos del Mariachi Vargas ya leían partituras, sin embargo, su director de entonces, Jesús Rodríguez de Híjar se esforzaba por que se mantuviera el sentimiento propio de la ejecución.
Cuarta generación (1975-1999)
En 1975, José “Pepe” Martínez se convirtió en el director musical del Mariachi Vargas. En la década de 1970 el interés en la música mariachi fue disminuyendo. Pero eso cambió cuando en la ciudad estadounidense de San Antonio, se celebró la Primera Conferencia Internacional de Mariachis que despertó un nuevo entusiasmo por este tipo de agrupación, lo que motivó la organización de muchas otras conferencias, cuyos promotores quisieron tener al Mariachi Vargas como participante.
En 1983, el Mariachi Vargas apareció por primera vez en la Conferencia Internacional de Mariachi de la ciudad estadounidense de Tucson y tres años después, en una nueva conferencia en Tucson, la agrupación acompañó a Linda Ronstadt quien cantó en español por primera vez, lo que motivó la grabación de su álbum Canciones de mi padre en 1987 con el Mariachi Vargas, con el cual ganó un premio Grammy y además realizó una gira en México con esta agrupación. En 1989, el Mariachi Vargas lanzó su CD En concierto en el cual presentó el concepto de ejecución de temas de música clásica o académica por parte de un mariachi. También el grupo acompañó a la vocalista y actriz mexicana Lucero en la década de 1990, cuando decidió incursionar en el género de la música ranchera.
Quinta generación (2000-presente)
En esta etapa, la agrupación presenta trabajos discográficos tales como: Quinta generación, Sinfónico, Sinfónico 2, Penas, desengaños… y amores, Por ti volaré, Misa panamericana, Para nuestros amigos, Sinfónico concierto en vivo (2006), Rancheras… y Algo más (2007), Y aquí estamos (2008), La inspiración de sus integrantes (2009), Sinfónico 3 y Lo mejor del Mariachi Vargas de Tecalitlán, edición bicentenario, ambos lanzados en 2011. Actualmente, la agrupación está conformada por un arpa, una vihuela, una guitarra, un guitarrón, tres trompetas y seis violines. Las canciones que interpretan ahora oscilan entre los sones tradicionales y las obras clásicas, así como a los popurrís, que siguen atrayendo al público en todas partes. En los 100 años desde su fundación, el grupo ha pasado por algunos cambios importantes. Si bien hubo cierto grado de desviación de la tradición durante ese tiempo, el grupo ha mantenido sus raíces a través de la interpretación de los tradicionales sones mexicanos. En 1997, el Mariachi Vargas de Tecalitlán celebró sus primeros Cien años de fundación con una serie de conciertos, de los cuales los más memorables son aquellos que la agrupación realizó en Japón;10 allí, en sus presentaciones, logró una total aceptación entre los espectadores.
En esta etapa, la agrupación ha influido en las nuevas agrupaciones de mariachis propiciando movimientos como festivales y conferencias internacionales de mariachi y ha motivado la creación de talleres y la enseñanza de este género en escuelas primarias, secundarias, preparatorias y universidades de Estados Unidos y la creación de escuelas del género en países, como Colombia y Venezuela, donde existen pequeñas agrupaciones del género.