Homenaje a Los Papines
LOS PAPINES
Los Papines. Una de las agrupaciones rumberas más conocidas en Cuba y en el exterior. Creado en el año 1963 en La Habana. Verdaderos maestros de la percusión cubana. Excepcional grupo de voces. Con únicamente cinco músicos se apoderan de la escena y crean un espectáculo irrepetible haciendo las delicias del público, combinando las más genuinas manifestaciones de la rumba. Llevan más de 40 años siendo los reyes de la percusión cubana.
La familia Abreu de tradición musical en la rumba, con hasta once miembros en esta especialidad. Oriundos de Marianao la reconocida barriada del oeste-habanero que vió nacer al gran Chano Pozo,los hermanos Abreu proceden de una familia humilde de once músicos todos consagrados a “la madre rumba”
En 1963 se da el nacimiento de un fenómeno cultural sin precedentes: Los Papines, formado por los hermanos Luis, Alfredo, Jesús, y Ricardo Abreu; este ultimo llamado cariñosamente como Papín y quien dirige al grupo de ahí su nombre de Los Papines.
El espíritu de superación nunca abandonó a los hermanos. Como deseaban una proyección vocal exigente, se acercaron al maestro Luis Carbonell para que los entrenara en el campo de la polifonía y en el logro de soluciones armónicas avanzadas, a más de asumir los rigores de la afinación y la entonación correctas. Estudiaron a fondo los resortes de la psicología de la recepción, por lo que hicieron de cada presentación un espectáculo en sí mismo. Al mismo tiempo forjaron cada vez más la unidad familiar.
En la finquita, un terreno en las afueras de La Habana solían reunirse con sus hermanas y la prole. Los cuatro pensaban a una, aunque cada cual tenía sus peculiaridades. Papín se reservaba el liderazgo; Alfredo era la parquedad en persona. Luis y Jesús se ocupaban de las relaciones públicas. Talante que le sigue viniendo bien a Jesús, quien desde hace años explora cuanta presentación artística hay en La Habana para estar al día. Tanto que le apodan “el Sereno de la Salsa”.
Los Papines debutaron en 1961 en el espectáculo Canciones en la noche, del Hotel Nacional. Considerados como exóticos en algunas regiones del planeta donde la rumba no es de consumo frecuente, cultivan un amplio repertorio siempre dentro de la línea afrocubana, enfatizando en la rumba, trabajada de manera original y con elementos novedosos.
Los Papines comenzaron tocando guaguancó, columbia, yambú, jiribillas, todas ellas manifestaciones muy especiales de la rumba cubana. Posteriormente otros ritmos, tales como boleros y sones, las cuales comenzaron a ser interpretados también en su estilo tan peculiar.
Los Papines se iniciaron como músicos profesionales en centros nocturnos de la ciudad, entre ellos el legendario Cabaret Tropicana hasta llegar a los más exigentes escenarios de Cuba y del mundo.
Los Papines han compartido la escena con músicos de renombre y fama como Panchito Bejerano, Manteca, Daria Nasaco, Chicho de Benni y su orquesta, Ray Barreto, Mongo Santamaría, Roberto Roena, Tito Puente, Oreste Vilató y muchos otros.
Los Papines han puesto a bailar con la percusión cubana a muchos en diversos países, entre ellos Francia, Japón, Rusia, Canadá, Alemania, México, Estados Unidos. Han grabado numerosos discos, además de sus innumerables actuaciones en Radio y TV.
Walfredo de los Reyes, uno de los más destacados percusionistas del ambiente latino en los EE.UU. afirmó que mientras Mongo Santamaría y Tata Güines se encumbraban internacionalmente como los sucesores de Chano Pozo, dos tamboreros cubanos eran la mejor garantía para que las orquestas contaran con una base confiable, segura y dúctil en sus formaciones. Walfredo confiesa que mucho aprendió de estos dos hombres que se llamaron Oscar Valdés y Ricardo Abreu. El primero es el padre del hoy no menos célebre cofundador de Irakere y líder del grupo Diákara; el otro es, efectivamente, Papín.
Los Papines no fue estrictamente un conjunto rumbero, partían de la rumba pero querían y se propusieron hacer más que rumba. Llevaron las tumbadoras y los toques primigenios a un nivel escénico envidiable, en el que interactuaban con el público a base de gracia, ingenio, explosividad.
Esa característica no pasó inadvertida cuando integraron una de las primeras embajadas artística de la Revolución y conquistaron al público europeo. Pero no se afiliaron a un arte de exportación, sino todo lo contrario: eran conscientes de que en la medida en que fueran profetas en su tierra lo serían en las demás.Pero, no se afiliaron a un arte de exportación, sino todo lo contrario: eran conscientes de que en la medida en que fueran profetas en su tierra lo serían en las demás.
La agrupación es renovada con miembros de la familia tras el fallecimiento de Ricardo Abreu su director, el cual fallece a la edad de 75 años.
Con los años vinieron los golpes. La muerte de Alfredo (otro interpréte de grupo) estremeció al conjunto. Pero la solución estuvo a mano. Luisito, uno de los hijos de Luis, con formación musical académica, reemplazó a su tío, y a Papín le pareció bien ensanchar el horizonte, con la inclusión por primera vez de una mujer, Yuliet, la joven hija de Jesús, quien había obtenido premios en los festivales Percuba y poseía un notable espectro interpretativo.
Tras el deceso de Alfredo en el 2001, Los Papines replanteó su formato, pero no su esencia: la inclusión de Luis Abreu Chantres, hijo de Luis, y de Yuliet Abreu Fernández, hija de Jesús, no sólo consolidó una línea de continuidad, sino que proyectó aires renovadores al conjunto.
La agrupación ha sido renovada con la incorporación de dos novísimas figuras, pertenecientes a la más joven generación de músicos familiares. Ello ha dado un giro más moderno a sus actuaciones llegando a realizar magistrales interpretaciones de corte jazzístico.
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Date: | 20 January 2017 |
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